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-¡Regresar a casa! El grito emocionado de Arpad había despertado a los mercenarios aquella mañana, quienes descansaban al aire libre, algo alejados de la ahora oxidada y derruida Rhabandor. Al escucharlo muchos sonrieron somnolientos, pues ya era hora de regresar a Lumina, lugar que aunque no fuera su verdadero hogar, les había permitido conocer amigos y viajar por nuevos lugares.
Apenas estuvo todo listo, el Diamante Solarium se elevó majestuosamente por los aires. Era un día espléndido, los fragmentos de Sol que llevaban consigo aclaraban un poco el camino del barco y además tenían el viento a su favor, lo que haría más rápido el viaje de regreso, ¡todo era perfecto! Los mercenarios se encontraban optimistas y alegres, Terra Antiqua pronto quedó atrás y luego de un tiempo hasta la gigantesca silueta del destruido árbol de Rakk Sakka desaparecía en el mar.
Pero aquello no duró mucho.
Sin ninguna actividad que hacer ( al capitán y la tripulación no les agradaba que manos inexpertas trabajaran en el barco ) y nada más que observar que el monótono movimiento de el mar, el viaje se hacía aburrido y no tenía perspectiva de cambiar en el futuro próximo, muchos comenzaban a dormitar cuando el barco entró en un espeso banco de neblina. Con la perspectiva de perder la única y mínima entretención de observar el paisaje, muchos mercenarios comenzaron a adentrarse en el barco, listos para echar una larga siesta, cuando una extraña sensación los detuvo.
El barco navegaba sumido en el silencio, en medio de la espesa neblina. El brillo que otorgaban los Fragmentos de Sol obtenidos en Terra Antiqua había desaparecido y las tinieblas que ahora cubrían el ambiente daban la sensación de estar flotando en la nada, el tiempo pareció detenerse al mismo instante que una oscura silueta se habría paso en la niebla. Como una aparición fantasmal, un barco con cabeza de tiburón como punta, se deslizó suave y silenciosamente en el sentido contrario del Diamante Solarium, se veía destrozado y completamente abandonado. La escalofriante visión duró tan solo un momento, pues una violenta sacudida asustó a los mercenarios. Una poderosa tormenta se había desatado repentinamente y a pesar de los numerosos truenos, la oscuridad del lugar se mantenía.
La lluvia caía incesantemente y fuertes vientos azotaban el barco, los mercenarios, sin entender mucho, miraban como la tripulación corría de un lado a otro y esperaban que el barco ( que estaba claro no era de primera categoría ) resistiera la tormenta.
Pasados unos minutos la tempestad desapareció tan rápido como había llegado; de manera inexplicable. No había mucho tiempo para refleccionar aquello, pues se podía ver un brillo a lo lejos y bajo el barco, una gran extensión de tierra. Inexplicablemente la tormenta había hecho que el Diamante Solarium recorriera cientos de kilómetros en poco tiempo y apareciera cerca del continente de Lumina.
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El AeroPuerto de Lumina estaba desierto, considerando el gran tránsito que este presentaba siempre los días de semana, evidentemente nadie esperaba su regreso tan repentino, pero aún así un pequeño grupo de soldados se estaba reuniendo, a los que el pequeño Rey Arpad saludó desde el barco. - ¡ Ya estamos en casa ! ¡ Me muero por ver a Sabio !
La ciudad estaba igual de solitaria que el AeroPuerto, muy poca gente recorría las calles y los que lo hacían, se escondían y evitaban la mirada del grupo de mercenarios escoltados por los soldados. Arpad movió disgustado su bigote ante este escenario ¿ Que le había pasado a su amada y alegre ciudad ?
El Castillo de Lumina, siempre tan lleno de vida y de gente recorriendo sus distintas salas, no presentaba mejor aspecto que el resto de la ciudad, con pocas luces encendidas, sus habitaciones vacías otorgaban un sentimiento de abandono. Al llegar al trono y luego de saludar a sus numerosas gallinas con alegría ( las que luego comenzaron a picotear con cariño a los mercenarios ) el pequeño Rey comenzó a gritar a lo máximo que le permitían sus pulmones. - ¡ Sabio !, ¡Sabio, venga, no se esconda, tenemos muchos nuevos fragmentos, no creerá las cosas que vivimos en Terra Antiqua ! Luego cambió su tono de voz a algo más tranquilo, suplicante y hasta algo modesto - ¡ Señorita Leona ! ¿ Me haría uno de esos pastelitos que tanto me gustan?
La puerta del salón del trono se abrió violentamente de par en par en esos momentos, Arpad solo alcanzó a murmurar tímidamente - S-si no tiene deseos lo entendere , señorita Leona - antes de darse cuenta de quien realmente había llegado al Castillo de Lumina.
La misión
¿Qué está planeando el Obispo? ¡Debemos detenerlo! ¡No hay descanso para los mercenarios, las tropas leales al Rey y al Obispo chocan! La ciudad de Lumina se ve iluminada por la intensidad de la batalla. Los mercenarios deben acercarse hasta la catedral de la Orden, aprovechando el caos, la misión consiste en representar a su mercenario sorteando el camino desde las afueras de la ciudad hasta la Catedral, pueden usar cualquier recurso, desde recorrer el tramo por los tejados hasta abrirte paso directamente a través de los soldados. Pero estos no son el único enemigo que se encuentra en la ciudad, feroces criaturas han sido invocadas por la Orden para tomar parte en la refriega.
Nota importante : la ambientación actual, gracias a los fragmentos es : Iluminación de atardecer valor : 10 Monedas , 5 estrellas Duración : Lunes 10 de Septiembre , Lunes 24 de Septiembre